BIOGRAFÍA DE LA HNA. EPIFANIA TREVIÑO

 

Ayudará a cumplir el Requisito 8 de la Sección II para el Paso de Reina Regente.

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         La Hna. Epifania Treviño organizó la primera Sociedad Femenil Bautista “Dorcas”  en la Cd. de Monterrey, N. L.

         Datos biográficos de la Hna. Epifania Treviño Viuda de Martínez.

En la hacienda de Santa Rosa, jurisdicción de San Francisco de Apodaca del Estado de Nuevo León el día 20 de Enero de 1862; siendo sus padres el Sr. Cecilio Treviño y la Sra. Bárbara Osuna.

         A la edad de 5 años quedó huérfana de padre. Fue la hija mayor de la familia compuesta de 4 hijos: Epifania y 3 hermanos varones menores uno de los cuales murió en la infancia.

         Ella platicaba con satisfacción: que el primer día que fue a la escuela; pudo leer el silabario que su padre le había enseñado, causando admiración en sus maestros por lo cual se hizo acreedora de un premio.

         Al quedar viuda la madre de nuestra hermana, se acogió juntamente con sus pequeños hijos al hogar paterno del Sr. Francisco Osuna; viudo también con sus hijos pequeños que necesitaban atención y cariño.

         Su madre fue una católica piadosa, cumpliendo en lo posible con la religión que sus mayores le habían inculcado.

         Providencialmente el evangelio llegó a su hogar cuando más se necesitaba; hospedando en él a los primeros misioneros que llegaron a Santa Rosa; y su madre recientemente viuda, aceptó a Cristo como su Salvador y las promesas del Señor, fueron un bálsamo a su corazón atribulado; la niña Epifania leyó en alta voz y diariamente las sagradas Escrituras que su madre también recibiera esta bendición.

         El día 7 de abril de 1874, a la edad de 12 años, fue bautizada en Santa Rosa por el Hno. José María Uranga; tocando la coincidencia que sus padrinos de la Iglesia Católica, fueron bautizados ese mismo día por haber aceptado al mismo Salvador.

         Parte de su instrucción primaria la recibió en el mismo lugar de su nacimiento siendo su maestra la Srita. Emma Westrup.

         Cuando su familia cambió su residencia a la Cd. de Monterrey, N. L. continuó sus estudios en el colegio Presbiteriano, donde fue muy apreciada por sus profesores.

         El Sr. Tomás M. Westrup tomó especial empeño para que la Srita. Epifania tomara un curso en la Escuela Misionera Bautista de Chicago Illinois, E. U. A., haciendo por su parte los arreglos necesarios, después  de obtener el permiso de su madre; en el año de 1884 salió para Chicago juntamente con la Srita. Paula Barocio, quién también iba al mismo colegio, solamente permaneció un año en los Estados Unidos.

         A su regreso en 1885 estableció en Monterrey, N. L. una escuela industrial donde muchos niños recibieron enseñanza cristiana.

         Primera Sociedad Femenil Bautista “Dorcas” que ha colaborado fielmente con la Iglesia hasta la fecha.

         El 20 de agosto de 1887 contrajo matrimonio en la Cd. de Monterrey, N. L., con el Sr. Abino Martínez, cristiano de conducta acrisolada, formando un hogar feliz; Dios les concedió 8 hijos de los que sobrevivieron solo 3: Abigail, Olivia y Esther ya fallecidas, y fueron miembros de la Iglesia Bautista “El Divino Salvador” de Monterrey, N. L.

         El 20 de agosto de 1908, Dios llamó a su lado el compañero de la hermana Epifania, quedando ella como única responsable de sus hijas menores; responsabilidad que aceptó como madre cristiana, supliendo la falta del padre en aquel hogar donde por la bondad de Dios nunca faltaron sus bendiciones.

         En el año de 1935, por la gracia de Dios, la Sociedad Femenil “Dorcas” cumplió su quincuagésimo aniversario, teniendo un programa especial y poniendo en el pecho de la Hna. Epifania, una medalla de oro conmemorando aquella fecha.

         Desde niña tuvo espíritu misionero, aprovechando oportunidades para hablar del evangelio a todas aquellas personas que carecían de este conocimiento; como bautista, fue firme nada le hizo tener duda respecto a sus principios.

         Desde niña leyó la Biblia diariamente exceptuando aquellos días en que se a una operación de la vista, pasó con valor aquella prueba y nuevamente tuvo el placer de alimentar su espíritu con la lectura de las Sagradas Escrituras hasta pocos días antes de que Su Señor le llamara a las mansiones celestiales el día 24 de noviembre de 1948 a la edad de 86 años.

         Datos tomados de la revista “La Voz Misionera Bautista” del mes de marzo de 1949 y que fueron escritos por una de sus hijas, Hna. Abigail M. de Treviño.