CONSEJOS PARA LA CONSEJERA
 
 

Hermana consejera, demos gracias a Dios porque le conocemos y le amamos. Por ello, no permitamos que las Niñas tengan supersticiones o fanatismos. Siempre debemos hablarles la verdad con claridad, sobre la vida y la naturaleza. No hay más fantasmas que los creados por el temor y la ignorancia.

El creer en Dios da confianza y esperanza al hombre porque él nos consuela en momentos difíciles en la vida y nos ayuda a superar y a cambiar para su gloria. Las personas cristianas no necesitan más que su fe en Dios. No piensan en otras cosas. Debemos tener buenos sentimientos religiosos. Hay que dejar bien claro que el fanatismo desvirtúa el propósito religioso y deteriora toda condición moral de cada perdona.

Por ello, hay que enseñar a la Auxiliar de Niñas a creer solamente en Dios, como único y verdadero en nuestras vidas. Debemos enseñar a las chicas cosas buenas, como vivir en paz, la buena conducta en casa, en la calle y en todas partes. Las muchachas todo lo creen y aquí debe haber un buen fundamento en el cual puedan confiar como hijas de Dios.

En nuestras ciudades hay mucha ignorancia y fetichismo, donde la gente prefiere a que le lean las cartas o que le digan el futuro. Como hijas de Dios sabemos que él nos ha dado la inteligencia y la sabiduría. Debemos enseñar la verdad y no la mentira, todos debemos luchar contra toda mentira y especialmente los pequeños.

La Biblia dice que: "si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, le será dada" (Santiago 1:5). Debemos estar siempre pidiendo a Dios que nos dé sabiduría para guiar a las muchachas.

Creer en las supersticiones es aumentar la ignorancia y no dar el lugar que Dios se merece.

Hermana, es importante que las chicas tengan literatura cristiana para leer. Así pueden llenar sus mentes con buenas cosas. Aquí mismo en el CD que les estoy entregando hay mucha información de libros misioneros.

Que Dios nos ayude a que aprendamos en sabiduría y rectitud todo lo bueno para mejorar nuestros pensamientos, y para que así podamos enseñar con nuestras vidas a los demás. Sabemos que nuestro ejemplo es muy importante; las niñas imitan nuestra manera de vivir. Debemos estar en comunión constante con Dios para estar firmes y seguras de nuestra vida cristiana.